en tu guitarra se enciende la lumbre
y veo mi sombra enredándose en la arena
hay sones gitanos en mi sangre
y es la luna luna
la luna llena
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Textoteca inútil de labios mojados en mate cocido... vacío lleno de sabor como el mbeyú tostado a la lumbre y al frío. Prohibido para "mainstreamers" ... Videoteca sin rumbo fijo como el viento tarová de mis pagos...
INDICE TEMATICO
- Algo de mí _Che (3)
- Algo de ti_ Nde (3)
- Ellos (1)
- Nosotros_ Oréva (1)
- Río infinito (1)
para vos que te tuviste que ir, ¡Aguante paragua!
V O L V E R
(De César Alonso de las Heras -inolvidable amigo y maestro)
Hay que volver, amigo
No dejes que una noche muy larga te lo impida.
Controla tus luceros.
Cuando sientas que va a caer la tarde
Ponte el ato a las espaldas y regresa.
Te esperan los lapachos.
Hay uno, siempre-el tuyo- inflorecido por tu ausencia.
Te espera el manantial que ha detenido su corriente.
Verás cómo, otra vez, se desparrama.
Verás cómo florece de nuevoaquel jazmín de tus ensueños.
Hay que volver, amigo.
Hay que volver desde la pena.
Desde la pobre pena agazapada en la esquina,
para el escalofrío de una inquietud de la que huyes.
Vive como si no vivieras.
No se enraícen tus entrañas en el suelo que pisas y no es tuyo.
No es verdad que seamos ciudadanos de toda la tierra.
Te hicieron la selva y el Chaco.
Te hicieron estos ríos de tibio caudal como el de las venas.
Te hizo esta tierra roja,
la sangre de la historia de tus padres
y la esperanza que anida soñolienta
en el surco apenas iniciado.
Hay que volver, amigo.
Yo me vuelvo.
Es aquello lo mío.
Aquí sin duda tengo más.
Tengo los lazos de la sangre,
el sentimiento,
la cultura de siglos,
y un porvenir que ríe en cada alba.
Pero el hilo sutil de aquella voz,
el cuenco de un cariño infantil, que añora verte,
el azahar de los naranjos
el sortilegio de algún atardecer entre las palmas,
el misterio, la angustia, y el suspiro,
el dolor y el gozo viscerante,
eso sólo está allí
y yo no puedo vivir faltándome tanta alma.
Pronto,
Antes de que te clave otro lucero.
Hay que volver, amigo.
Allí te espero.
Y allí, cuando te duela todo,
Cuando sientas que muerde la malicia,
Has de quedarte.
(De César Alonso de las Heras -inolvidable amigo y maestro)
Hay que volver, amigo
No dejes que una noche muy larga te lo impida.
Controla tus luceros.
Cuando sientas que va a caer la tarde
Ponte el ato a las espaldas y regresa.
Te esperan los lapachos.
Hay uno, siempre-el tuyo- inflorecido por tu ausencia.
Te espera el manantial que ha detenido su corriente.
Verás cómo, otra vez, se desparrama.
Verás cómo florece de nuevoaquel jazmín de tus ensueños.
Hay que volver, amigo.
Hay que volver desde la pena.
Desde la pobre pena agazapada en la esquina,
para el escalofrío de una inquietud de la que huyes.
Vive como si no vivieras.
No se enraícen tus entrañas en el suelo que pisas y no es tuyo.
No es verdad que seamos ciudadanos de toda la tierra.
Te hicieron la selva y el Chaco.
Te hicieron estos ríos de tibio caudal como el de las venas.
Te hizo esta tierra roja,
la sangre de la historia de tus padres
y la esperanza que anida soñolienta
en el surco apenas iniciado.
Hay que volver, amigo.
Yo me vuelvo.
Es aquello lo mío.
Aquí sin duda tengo más.
Tengo los lazos de la sangre,
el sentimiento,
la cultura de siglos,
y un porvenir que ríe en cada alba.
Pero el hilo sutil de aquella voz,
el cuenco de un cariño infantil, que añora verte,
el azahar de los naranjos
el sortilegio de algún atardecer entre las palmas,
el misterio, la angustia, y el suspiro,
el dolor y el gozo viscerante,
eso sólo está allí
y yo no puedo vivir faltándome tanta alma.
Pronto,
Antes de que te clave otro lucero.
Hay que volver, amigo.
Allí te espero.
Y allí, cuando te duela todo,
Cuando sientas que muerde la malicia,
Has de quedarte.
Xumec nos visita
Xumec es un poeta mineral. Nuestra extraña amistad yo la celebro con mate y él con vino. Me dio estos versos en el momento que yo se los iba a robar....
digestión vegetal
utopía vencida
tierra que trepa
ramas que aman ahorcando
cuerpos de madera
hojas con plumas
aire que asfixia
pájaros sin alas
talismán de hierro provisorio
esa cruz que oxida
un resguardo desamparado
heridas en pieles de piedra muda
ya sin luz
sombras venerables
musgo que abriga dinteles a la nada
flauta abrupta:
un coro de niños mudos
un taller de piedra desmenuzada
buscar el cielo
salvarse hacia arriba en azul evasivo
podrirse por debajo
florecer quien sabe
graffiti del solitario que ignora
pared horizontal, recto conocimiento
trapecio mineral
sudor levantado y firme
baba selvática que engulle voces,
gemidos aullados de vidas silentes
grieta que busca caer y descansar
en verde yacer,
en verde vuelo detenido
piedra para lo humano o piedra a lo divino
fuegos apagados en el lugar de la obediencia
nunca una piedra filosofal de la historia
pozo de traiciones
apenas el rojo seco río
dónde cantos,
dónde caricias,
asombro primero
pero hay sangre que camina con otros rostros
respiraciones animales
en memoria de palabras intraducibles
pares de manos en la roca perenne
lo tibio renace
atopía por nacer
un mundo frágil apenas condenado a ser?
San Ignacio Miní, Misiones, Argentina.
Datos personales
- Kuñá Takuá
- persistente instigadora de las palabras desarmadas por el paisaje engañoso de textos robados al asombro en largas siestas soslayadas a la desmemoria.
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